Entonces la mujer de Lot miró atrás, a espaldas de él, y se volvió estatua de sal. Génesis 19:26.
Debemos recordar que aunque cuesta algo obedecer a Dios, cuesta más desobedecerlo. ¿Cuál fue el pecado de aquella mujer? ¿El crimen? ¿La embriaguez? ¿La inmoralidad? No. Su pecado fue obedecer la voluntad de Dios a medias, y una obediencia a medias, es desobediencia.
Dios le ordenó que saliera de Sodoma y no volviera la vista atrás. Amaba a Dios lo suficiente para salir de Sodoma, pero no lo suficiente para abandonar lo que Sodoma representaba. ¡Hoy, hay gente así! Son lo bastante religiosos como para abandonar los pecados externos, pero no los de la mente y el corazón.
No bailan, no beben, no fuman, ¡pero cómo les gustaría! Algunos lo hacen y se excusan: "Es que no hay que ser fanático. Hay que tener una mente amplia". La verdad no es que la mente se haya hecho amplia, sino que la conciencia se ha vuelto estrecha.
No es suficiente dejar de pecar, hay que abandonar el pecado en el corazón. La esposa de Lot salió de Sodoma, pero siguió deseando lo que había en Sodoma.
Cuando descubrió que mirar hacia atrás es un peligro mortal, era demasiado tarde. Que Dios nos dé más hombres y mujeres, y jóvenes y señoritas, que no sólo dejen la práctica de los pecados, sino también el deseo por ellos.
Que vuelvan la espalda al mundo y la carne, y fijen sus ojos en Cristo, en las cosas de arriba.
Alguien podría pensar: tremendo castigo para un pecadillo! ¡Qué monstruo debe ser un Dios que convierte a una pobre mujer en estatua de sal sólo porque no se aguantó la curiosidad inocente de ver a una ciudad en llamas!" Todos los que hablan así están como los que preguntan: "¿De veras cree usted en el infierno? ¿En serio cree que Dios mandará a alguien a una eternidad de sufrimiento por cosas tan pequeñas?
Dios no envía a nadie a al infierno; las multitudes se condenan a sí mismas por su desobediencia. El pecado nunca es una "cosita." No es cosa pequeña desobedecer a Dios o rehusarse a abandonar lo que El aborrece.
No es una pequeñez negarse a obedecer la voluntad del Todopoderoso, ni jugar con su amor, sus leyes o sus advertencias. La mujer de Lot era decente, respetable, religiosa, pero pereció. Era mejor que muchos en Sodoma, pero sucumbió como ellos.
La mujer de Lot no parecía mala, pero se perdió. Queriendo vivir bien con dos mundos distintos, los perdió a ambos.
¡Feliz y victorioso dia!