Portador de Su gloria

Escrito el 31/01/2020
Ps. Gustavo Muñoz


“Así como las aguas llenan el mar, la tierra se llenará del conocimiento de la gloria del SEÑOR.” Habacuc 2:14 NTV


Éste es el sueño de Dios, que su gloria llene la tierra. Todo el que conozca esa gloria, será salvo. ¿Podría usted vivir por ese sueño? Quisiera usted en éste día, ¿ser un portador de la gloria de Dios?

Usted puede hacerlo de muchas maneras. Podría comenzar por purificar sus redes sociales. Podría reemplazar esos mensajes que deshonran a Dios, por mensajes que exalten y den honor a su nombre.

Permita que el Espíritu Santo lo apasione por esta grandiosa misión. La razón por la cual la gente experimenta una vida sin sentido, es porque desconocen la razón por la cual fueron creadas.

Vivir para uno mismo genera aflicción y despropósito. Entienda esto. Usted fue creado para glorificar a Dios. El profeta Isaías afirmó: “todos los llamados de mi nombre; para gloria mía los he creado, los formé y los hice”. Isaías 43:7.

Sin importar cuál sea su edad, quizá usted necesite replantear la manera como concibe la vida. La vida es, en primer lugar, un regalo de Dios. Lo es, porque a Él le plació otorgarle un nuevo día de vida hoy.

Pero hay más. La vida es un regalo que usted debe usar para exaltar el nombre de Aquel que se lo dio. Por tanto, cuénteles a otros lo maravilloso que es Dios. Comparta su esperanza con aquellos que no tienen.

Amado lector, no viva para usted mismo, viva para el Señor, viva para Dios. Reconózcalo siempre entre la gente, no calle, publique las virtudes del amor de Dios y anuncie su misericordia.

Quizá hoy, usted tendrá la oportunidad de compartir su fe con alguien. No se asombre si una persona afligida se cruza por su camino. Si así ocurre, recuerde que Dios planeó ese encuentro divino con el propósito de manifestar su irresistible y poderosa gloria.

Conviértase en un portador de la gloria de Dios, eso en verdad, le dará sentido a su vida. Dios está haciendo algo en su familia, en su ciudad, en su país y en el mundo, Él quiere que el conocimiento de su gloria cubra la tierra ¿le gustaría participar de esa extraordinaria misión?

Si así fuera, entonces dígale al Señor en oración: “Señor, yo quiero ser un portador de tu gloria”.

¡Magnifico día!​