Cuando venga el Espíritu de verdad, él los guiará a toda la verdad. Él no hablará por su propia cuenta, sino que les dirá lo que ha oído y les contará lo que sucederá en el futuro. Juan 16:13.
Hoy desperté pensando en cuan importante es para un creyente, conocer la verdad, conocer a Cristo. Los filósofos de la antigua Grecia vivían, estudiaban, se reunían y debatían con un único propósito: conocer la verdad.
Para ellos, no había un tesoro más valioso que el conocimiento acerca del origen y la razón de las cosas. Esta escuela se vigorizó y se fusionó con el cristianismo y dio origen al gnosticismo (mimetización del cristianismo y el paganismo que afirma que el hombre se salva por un conocimiento superior a la fe).
Me pregunto: ¿qué o quién es la verdad? En un mundo del cual emana tanta información, excesivas opiniones y exageradas posturas, ¿cómo nos mantendremos en la verdad?
Las Escrituras declaran que Cristo es la verdad. También afirma que, conoceremos la verdad y la verdad nos hará libres. Pero, ¿cómo llegaremos a esa verdad? ¿con mucha reflexión? ¿nos guiará la experiencia o el conocimiento? Jesús respondió estas preguntas hace más de 2.000 años cuando dijo: el Espíritu Santo los guiará.
Seguramente usted ha escuchado acerca del GPS. El GPS es el Sistema de Posicionamiento Global, el cual, nos permiten conocer hacia dónde nos desplazamos con precisión milimétrica y dónde nos encontramos en tres dimensiones: longitud, latitud y altura.
El GPS está formado por una red de satélites que orbitan la Tierra en puntos fijos por encima del planeta transmitiendo, constantemente, señales a todos los receptores GPS en la Tierra. Dichas señales integran un código de tiempo y un punto de datos geográficos permitiendo al usuario identificar su posición exacta, la velocidad y el tiempo en cualquier parte del planeta.
En su origen, el GPS fue diseñado en plena Guerra Fría, en la década de los años 60, básicamente para aplicaciones militares y de los servicios de inteligencia.
Yo estoy convencido de que el reino de Dios tiene su propio sistema de ubicación. Podemos saber dónde estamos y mejor aún, podemos conocer la dirección que nos lleva a nuestro destino, porque así Dios lo quiso, por eso envío su Espíritu a la Tierra.
Si usted siente que ha perdido la dirección o que ha olvidado la ruta para ir a Jesús, tan solo es necesario que busque la presencia del Espíritu Santo para que Él haga su labor de guía y consejero. El Espíritu Santo le mostrará en qué punto de su vida se encuentra y hacía donde el Padre quiere conducirlo.
Amado lector, el Espíritu Santo quiere guiarlo y conducirlo por el camino correcto. Él desea mostrarle la ruta por la cual usted debe andar. Recuerde esto: sus planes, sus metas y su croquis, pueden estar lejos del plano divino que el Señor ha diseñado para usted. Asegúrese de que va en la dirección correcta.
Bendecido día.