Cambie de actitud

Escrito el 03/11/2024
Pr. Gustavo A. Muñoz L.


Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. Romanos 8:37


A pesar de los malos tiempos, usted está llamado a mantener la actitud correcta. Ahora bien, las actitudes son el resultado de sus pensamientos, y sus pensamientos, son los frutos de sus convicciones. 

Esto significa que existe una conexión directa entre lo que usted cree y la manera como vive. 

El apóstol Pablo desafía a la iglesia en Roma a pensar como vencedores a pesar de las persecuciones o las aflicciones, conscientes de que el amor de Dios seguía operando de tal manera que, al final, todo cooperaría para su bien. 

La actitud que hoy tiene, no solo habla de usted, sino también de sus convicciones; habla de lo que hay en las profundidades de su ser.

Amado lector, la Biblia no solo dice que somos vencedores, dice que "somos más que vencedores".

Se lo explicaré mejor: usted es vencedor por algo que usted no hizo. Lo es, porque Cristo murió en la cruz, venciendo el pecado y la muerte en nuestro lugar. Por esa razón usted es vencedor. 

Debería preguntarse ahora, ¿por qué soy más que vencedor? Es más que vencedor, porque mientras usted ame a Dios, las situaciones difíciles de la vida (tribulación, angustia, persecución, hambre, o desnudez, o peligro, o espada), no provocarán más que un millar de bendiciones para usted. 

No hay forma de perder; al final del día, habrá una victoria disponible y segura para aquellos que siguen a Jesús. 

Pensar en esto, debe provocar un cambio en su forma de ver la vida. Mientras usted persista en los pensamientos de derrota, nada podrá salir bien. 

Piense como un vencedor. Recuerde que las tormentas de la vida tienen un propósito: convertirlo en un experto marinero. 

Levántese hoy y créale a Dios. No se estanque en su sentimiento de derrota, viva y vuelva a creer. El amor de Dios es su victoria, el amor de Dios es su fortaleza. 

No permita que las situaciones difíciles nublen su entendimiento. Dios lo apartó, lo santificó y ha preparado para usted más de un millar de victorias.   

Piense como un vencedor. Viva como un vencedor. 

Bendecido día.