Así que no depende del que quiere, ni del que corre, sino de Dios que tiene misericordia. Romanos 9:16
El orgullo espiritual es como un orificio en el fondo de una vasija llena con el más precioso y fino aceite.
El diablo fue arrojado del cielo debido a sus torpes maquinaciones al considerarse a sí mismo, como superior o igual a Dios. Esto demuestra que el orgullo es tan grave, que Dios no puede habitar con él.
El orgullo desconoce la misericordia de Dios, cuando es por ella que vivimos. Por mucho que nos esforcemos, de nada valdrían ninguna de nuestras acciones si en la fórmula de nuestra existencia el factor “misericordia” estuviera ausente.
La misericordia es un don divino y gratuito que acoge al universo entero. El salmista afirmó: la tierra está llena de tu misericordia. Salmo 119:64.
La tierra hubiera colapsado si la misericordia de Dios no la sustentara. Querido hermano, hoy has despertado porque la misericordia de Dios, una vez más, te ha alcanzado.
Esta fabulosa verdad debería quebrar el orgullo y hacer trizas todo género de altivez en el corazón del Hombre. Dios nos ama y su misericordia renovada es una muestra tangible de la altitud y longitud de su amor.
Celebra hoy la misericordia del Señor en tu vida. Sin importar cuáles fueran tus circunstancias, valora y reconoce la misericordia del Señor en todo.
“Porque mejor es tu misericordia que la vida; Mis labios te alabarán.” Palabra del rey David en el desierto de Judá.
Con amor, su servidor.