Paternidad y cuidado

Escrito el 11/03/2025
Pr. Gustavo A. Muñoz L.


No os hagáis, pues, semejantes a ellos; porque vuestro Padre sabe de qué cosas tenéis necesidad, antes que vosotros le pidáis. Mateo 6:8


La paternidad de Dios resulta ser un bálsamo para quienes hemos creído y confiado en Él.  

Recordar que Él es nuestro Padre, sin duda, no es un asunto menor. Es nuestro Padre y eso significa, en primer lugar, que Él es nuestra fuente de amor. 

Como el Mejor de los padres, Él nos provee de un amor inigualable, nos atiende con especial atención y nunca cierra su boca cuando necesitamos un consejo.

Afirmar que Él es nuestro Padre, también significa que es nuestra fuente de provisión material. 

Él se destaca al amarnos, pero también al proveernos. Una de sus metas espirituales, debe ser experimentar la cobertura de un Padre que está dispuesto a proveerle para todas sus necesidades. 

Quizá usted se encuentre muy preocupado y estos últimos días de su vida hayan sido demasiado agitados. 

Hoy, debo decirle que es necesario que usted confíe y descanse en Dios. Si usted ya le entregó al Señor el control absoluto de su vida, entonces no tema y tampoco cometa errores que lamentará. No ceda ante la desesperación.

Yo creo en las pausas. Hacer una pausa no siempre significa detenerse, a veces podría significar bajar el ritmo para recuperar la fe y la certeza de que Dios está a nuestro lado.

Dios puede hacer un milagro. Él puede sorprenderlo. De seguro, el plan que Él tiene incluirá un hecho asombroso que le ayudará a confiar más en Él.

Las palabras de Jesús son alentadoras: “vuestro Padre sabe”. Sí, Dios no es impersonal. Él lo conoce y sabe todo acerca de usted.

Él sabe lo que necesita, Él sabe cuál es la bendición espiritual por la cual está clamando. Él sabe que su salud requiere un toque especial de gracia, de la misma manera en que sabe que necesita ese dinero que no tiene.

Si su Padre sabe, ¿usted podría descansar en esa gloriosa verdad? Él sabe que usted espera por la persona idónea con la cual casarse. Entonces confíe y descanse. 

Recuerde las palabras maravillosas de Jesús: “vuestro Padre lo sabe”. Dios lo sabe todo.

Amado lector, regocíjese en el amor y en el cuidado de Dios. Su Padre celestial tiene cuidado de su causa y de su casa.   

Bendecido día.