Y bendijo Jehová el postrer estado de Job más que el primero. Job 42:12
Es de sabios reconocer que los procesos difíciles de la vida nos ayudan a crecer. El crecimiento conlleva una medida justa de dolor y de aflicción. La experiencia de Job nos ayudará a entender mejor esta importante verdad.
Job era un hombre recto. Aun así, tuvo que pasar por la más densa neblina y enfrentar las más oscuras noches de su vida. Inexplicablemente, se enfilaron una serie de pérdidas y pruebas complejas que sacarían lo mejor y lo peor de él, ah, y revelarían lo que había en el corazón de su esposa.
No hablaríamos de Job si él no nos hubiera enseñado que mantenernos fieles a Dios, a pesar de la aflicción, siempre trae sus beneficios.
Job no se quedó para siempre en la prueba. ¿Por qué? Es simple: la prueba es pasajera. Dios le marca un principio y también un fin. Las aflicciones tienen fecha de caducidad, pero la restauración y bendición que le siguen, no caducan nunca.
Job fue tremendamente bendecido. La Biblia dice: “Su postrer estado fue mayor que el primero”. Yo entonces le pregunto: ¿por qué se aflige por lo que perdió? ¿Acaso no se ha dado cuenta de que la prueba en verdad lo beneficiará?
Amado lector, si usted permanece fiel a Dios y cumple sus mandamientos, entonces no se preocupe por los resultados. Dios lo bendecirá mucho más de lo que ya lo ha hecho.
La prueba, la aflicción y la tribulación son sinónimos que anuncian una sola cosa: prepárese, porque Dios lo está probando y seguro, Él lo levantará, bendecirá y prosperará.
¡Ánimo! No pierda de vista a su Señor, ponga su mirada en Él y espere. Le aseguro que después de esta prueba, su vida nunca más será la misma.
¡Fuerte abrazo!