Perseverancia en la Oración.

Escrito el 29/05/2018
Ps. Gustavo Muñoz


Perseverad en la oración, velando en ella con acción de gracias. Colosenses 4:2.

Así como usted necesita del agua para vivir, de la misma manera necesita de la oración para alimentar su vida espiritual.  

Orar, de acuerdo a la Biblia, es menos complicado de lo que usted piensa. Al menos en éste texto, el apóstol Pablo nos exhorta a orar practicando un principio poderoso: la gratitud.

Si usted pensara que no tiene razones para orar, piense por un momento en los motivos que tiene para agradecer y entonces, rápidamente usted estará orando.

Sea agradecido con Dios, de esta manera su espíritu se hará más noble. Dios se deleita en cada una de sus expresiones de gratitud.  

No invente formulas de oración. La Biblia no busca enseñarle formulas, simplemente quiere guiarlo al diálogo constante con el Creador, y eso se logra a través de la gratitud.

Si la Biblia nos llama a perseverar en la oración, es porque sabe que orar también es una debilidad del cristiano.

La oración tiene muchos enemigos, uno de ellos es la “mente natural”. Una persona con una mente natural, es aquella que considera que lo único real es lo que ve.

Usted debe recordar que hay un mundo espiritual. Dios es espíritu y usted habla con Él aunque no lo vea. El reino de las tinieblas también es tan real como el reino de la luz.

Esa mentalidad también se evidencia a la hora de tomar decisiones, pues la mente natural considera únicamente las variables naturales y se olvida de pedir la dirección y el consejo de Dios.

Fácilmente usted puede dejar de orar y con dificultad vuelve a retomar el hábito de la oración. Por eso el mensaje de hoy es: “persevere”.

Dios le está diciendo: “no dejes de orar, no te canses de hacerlo, hazlo y verás los resultados”. Quizá usted dirá: pero llevo tanto tiempo orando y no veo resultados. Pues bien, los buenos resultados no requieren tiempo como el mundo piensa; en el reino de Dios, los bueno resultados requieren oración.  

Cuando usted ora, su espíritu se hace sensible a las pisadas de Jesús; sensitivo a la voz del Pastor y entendido en los tiempos del Señor.

Aquel que ora, siempre caminará un paso adelante del necio. Si usted se ha desanimado y ha dejado de orar, sea sabio, vuelva a hacerlo. Si lo estuviera haciendo por costumbre, entonces hágalo con fe y ponga el corazón cuando lo hace, le aseguro que su alma se lo agradecerá.

Persevere. Si Dios lo llama a insistir, es porque en verdad vale la pena hacerlo. Siga tocando la puerta que en cualquier momento, quizá cuando usted menos lo espere, esa puerta se abrirá y usted comprobará que ninguna de sus oraciones fue en vano.  

¿Le parece si hoy, en vez de pedir, se anima a darle gracias a Dios?

¡Bendecido martes!