Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús. Filipenses 4:7.
Así como los bosques se agitan al paso del viento, de la misma manera se agita su corazón cuando atraviesa dificultades.
Dios sabe que usted necesita una paz sobrenatural que le permita seguir el curso de su vida a pesar de la muchedumbre de obstáculos.
Claramente, puede contar con esa paz. Los beneficios de esa paz son múltiples, como por ejemplo, pensar con claridad y decidir con la calma de un sabio.
Acérquese al Señor y sea lleno de la paz celestial. De esa manera podrá reposar y descansar tranquilo.
Su cuerpo se mantendrá sano, porque la paz de Dios gobernará el todo de su ser, incluso, mente.
Deténgase, haga un alto en su marcha. Le aseguro que será más efectivo si primero se dispone a abrazar la paz de Dios.
Quizá usted está ansioso o preocupado por las noticias desalentadoras que ha recibido. Mi consejo es que antes de actuar, se asegure de recibir la paz de Dios y luego, emprenda su marcha.
Evite tomar acciones bajo el poder de la ansiedad. Un encuentro con Dios va a poner sus pensamientos en orden.
Hay quienes, motivados por el afán, “modifican” su ruta y entorpecen los tiempos de Dios. No se deje “seducir” por el afán, descanse en el Señor y permita que Él envuelva su mente con la paz que sobrepasa todo entendimiento.
Amado lector, los pastos del Señor nunca se secan. Repose en su presencia.
La paz de Dios tiene un precio: la oración. Usted debe orar. Debe contarle a Dios lo que le preocupa y debe dar gracias.
El resultado está pronosticado. La paz vendrá. No intente sentirse mejor usando otra vía. La Biblia es lo suficientemente clara. Es orando como se obtiene esa grandiosa paz.
Usted puede ir de compras, jugar, cantar, pero al final del día, su corazón y su mente estarán cargados con el mismo estrés y las mismas preocupaciones.
Ore y le aseguro que verá los resultados. Dios espera por usted y una reserva de paz tiene su nombre.
¡Bendiciones!