Volver a Dios.

Escrito el 22/04/2021
Ps. Gustavo A. Muñoz L.


Y volví mi rostro a Dios el Señor, buscándole en oración y ruego, en ayuno, cilicio y cenizaDaniel 9:3.


¿A quién mira cuando está afligido? ¿A quién contempla cuando está feliz? ¿Qué hace cuando no sabe qué hacer?

Daniel hizo dos cosas. Tomó los registros de las profecías de Jeremías, y buscó el rostro de Dios.

Lo más sabio e inteligente que usted puede hacer, en primer lugar, es recordar la Palabra de Dios. Ella es medicina a sus huesos. Es lo más seguro en el universo. Al final, todo lo material, lo que sus ojos ven no existirá más, pero la palabra de Dios permanecerá para siempre.

¿Tiene una promesa de Dios? Entonces valórela, abrácela y aférrese a ella porque Dios cumplirá lo que dijo. Él no lo dejará en vergüenza jamás. Dios no ilusiona a nadie, Él cumple lo que promete.

Su corazón necesita ser nutrido del consejo de Dios. Sus días se harán más difíciles en la medida que la palabra de Dios escasee en su interior.

Amado lector, vuelva a apasionarse por las Escrituras. Regrese a sus textos subrayados en su Biblia favorita y entienda esto: en la vida, cualquier cosa puede pasar, pero una palabra de Dios, nadie la puede cambiar.

Que su consuelo sea la palabra de Dios. Que su brújula sea la voz de Dios. En medio de tantos afanes que experimenta, levántese con una sola idea en su cabeza: amar la Palabra y vivir por ella.

Daniel volvió su rostro a Dios. Eso quiere decir que decidió mirar al Señor, contemplarlo y buscarlo en oración.

Tanto en esta ocasión, como en la que Pedro caminó sobre el agua, parece que hay un mismo principio: el secreto para no caerse es mirar a la persona correcta.

Mirar al Señor y dirigir no solo su atención, sino también sus sentimientos, es la clave para mantenerse en la dirección correcta. Hoy, no solo lo animo a orar, sino más bien, a volcar todo su ser a los pies de Jesús.

Observe el faro que sigue encendido en su oscura noche. Gócese porque Dios espera por usted. La puerta está abierta. ¿Qué espera? Vaya a Dios y haga de Él su porción en este día.

Mis mejores deseos para usted.