Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan. Hebreos 11:6
Usted no podrá tener una correcta relación con Dios a menos que desarrolle una gran fe en Él. No le estoy hablando solamente de creer, le estoy hablando de confiar ciegamente.
Puede estar seguro de esto: el blanco de Satanás es su fe. Si logra debilitar su fe con sus destructivos planes, logrará afectarlo en todo lo demás.
Jesús habló mucho acerca de la fe. Él dijo que la fe es necesaria cuando oramos, cuando urgimos por un milagro, incluso, cuando esperamos.
¿Cómo está su fe hoy? Tal vez usted sea un cristiano de tiempo y conozca muy bien lo que significa vivir con fe; pero es posible que usted aún tenga una fe lisiada.
Una fe lisiada es aquella que “en parte confía”, que “en parte cree”, que pone límites a Dios; y que no le da la suficiente confianza como para arriesgar algo.
La fe es como aquel cuchillo que usted tanto usa en casa. Si es el que más usa, entonces usted debe ocuparse de sacarle filo.
Dios busca adoradores, pero no conozco el primer adorador aprobado que carezca de fe.
Dios trabaja con gente de fe. Si usted quiere estar en la lista de convocados, asegúrese de que cuenta con la fe necesaria.
Usted debe alcanzar un nivel en el que no solo descanse cuando duerme, sino también cuando cree.
La fe produce descanso. Usted hoy puede descansar en Dios, pero necesita fe para confiarle los resultados a Dios.
A Dios le encanta que usted le permita a Él resolver aquello que para usted es imposible.
Siga creyendo. Es muy probable que sus ojos naturales estén observando un panorama desalentador y por eso esté desanimado.
También es probable que esté viendo un panorama tan perfecto y beneficioso, pero debido a su falta de fe, no lo esté disfrutando al punto de no creer que Dios lo esté bendiciendo.
Aprenda a caminar por fe, no por vista. Si usted quiere llegar lejos, entonces comience por volver a confiar en Dios, esta vez, con todo su corazón.
A Dios le agrada su fe, pero le incomoda su incredulidad. Si usted no cree, no podrá ver nada. Recuerde que primero creemos, primero confiamos, luego vemos, luego palpamos.
Si va a orar ahora, entonces crea y confié en que Dios lo escucha. No dude más acerca de lo que la Biblia le está diciendo.
No sea de aquellos que creen la mitad de lo que la Biblia dice y desconfían del resto. Si usted conociera a una persona como esa que describo (espero que no sea usted mismo), notará que la vida de esa persona es semejante a las olas del mar: van y vienen.
Dios puede hacerlo todo porque Él es todopoderoso, pero sepa una cosa: su fe es el límite.
Crea, pero, además, confíe.